(cOsAsDiveRTIdAs:239402) * RAFAEL VIDAL (30 años)

* RAFAEL VIDAL (30 años)
"Oía gente que gritaba: ¡me ahogo!"
Rafael Vidal, de 30 años, madrileño e ingeniero de telecomunicaciones, tenía que coger otro vuelo para pasar tres días de vacaciones en Canarias. "Uno pronto, por la mañana", explica su padre, que se llama también Rafael.
"Pero como estaba lleno, se montó en el de la una de la tarde", el JK 5022, que se estrelló nada más despegar. Rafa, como le llaman sus allegados, es uno de los 19 supervivientes del accidente. En el avión no había ningún ser querido: viajaba solo. Desde el martes no para de repetir: "Hoy he vuelto a nacer
Le han operado de la pierna, tiene dos vértebras rotas, magulladuras por todo el cuerpo y un fuerte golpe en los pulmones. Pero dentro de la gravedad de sus heridas, está tranquilo y consciente.
"Él nos ha contado al detalle lo que ocurrió. Y eso que yo le decía que callara, que descansara", relata su padre desde la sala de espera de familiares de la UCI del hospital Infanta Sofía. Esta es la reconstrucción del accidente, tal como lo vivió a través del relato de su padre, Rafael Vidal, y de su madre, Pilar Rodríguez.
A la una y veinte de la tarde, con los 162 pasajeros sentados en el avión y los 10 tripulantes preparados, el piloto "vio una lucecita roja" en el panel de control, les informó de la avería y volvieron al hangar. Una hora después, estaban de nuevo listos para el despegue.
"Nada más abandonar tierra, la aeronave dio un bandazo a la izquierda, otro a la derecha, y en ese instante Rafa supo que se iban a estrellar. Se encogió, como una bola, y esperó a que todo pasara", asegura su padre. Segundos después estaba atrapado en un amasijo de hierros. "Los asientos del avión se habían desprendido y habían resbalado hacia delante, aprisionándole". Rafa estaba en el lado derecho de la fila 2, en primera clase. "Un hombre le cayó encima y varios pasajeros quedaron atrapados por debajo".
Según su madre, Rafa "sólo oía a gente que gritaba: ¡Me ahogo!". Poco después los bomberos consiguieron sacarle del avión con vida. "Volar en primera clase es lo que le ha salvado". Rafa ni siquiera fue consciente del incendio, indica Pilar, porque "la parte delantera no ardió".
 
        
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 

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