(cOsAsDiveRTIdAs:237691) ¿Redescubriendo America Latina? (politica)
¿REDESCUBRIENDO AMÉRICA LATINA?
por Beata Wojna
Perspectivas y percepciones desde Europa Central.
Durante siglos América Latina fue para Europa Central una tierra lejana, visitada esporádicamente por diplomáticos, exploradores y viajeros. Tan sólo después del fin de la Primera Guerra Mundial, cuando los países centroeuropeos recuperaron su independencia, se pudieron establecer las relaciones diplomáticas con los Estados latinoamericanos.
La historia de las relaciones directas entre los países de América Latina y de Europa Central -pensando aquí en Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Hungría(*)- es muy corta y cubre aproximadamente los últimos cien años. El tiempo para conocerse unos a otros de una forma madura fue pues bastante corto. Hoy en día ambas regiones siguen percibiéndose como tierras lejanas y algo exóticas, aunque la integración de Europa Central en la UE, el crecimiento económico de ambas áreas y el fenómeno de la globalización ayudan a acercarse y crear nuevos lazos e intereses comunes.
Los años de relaciones entre los Estados de Europa Central y América Latina produjeron diferentes imágenes de América Latina, algunas de las cuales perduran hasta la actualidad en la memoria colectiva de los centroeuropeos. A finales del siglo XIX y principios del XX América Latina fue vista como una tierra prometida por miles de centroeuropeos que salieron de sus pueblos en busca de trabajo y nuevas oportunidades de vida.
Durante la Guerra Fría, América Latina fue percibida principalmente como un campo de batalla en la confrontación entre dos bloques enemigos: el socialista y el capitalista. Además, la región ganó una fuerte identificación en el marco del proceso de la descolonización. Los centroeuropeos relacionaron también el concepto del "Tercer Mundo " que surgió por aquel entonces con América Latina.
A principios de los 90, cuando comenzó la transición democrática en Europa Central. Latinoamérica fue admirada, pero al mismo tiempo marginada. Buscando inspiración, los países de Europa Central descubrieron y admiraron algunas experiencias de la región. A pesar de las indudables diferencias culturales, políticas e institucionales, se podían encontrar algunas similitudes entre las condiciones económicas y las formas de exigir la rendición de cuentas a los opresores -por lo que, en los 90, el cambio de régimen fue un tema de debate en las relaciones entre ambas zonas. No obstante, las nuevas prioridades de la política exterior de los países centroeuropeos: la integración con la UE y en la OTAN, empujaron América Latina a un segundo plano. A la final, los contactos con esta área sufrieron ese cambio, como fue claramente visible en el cierre de algunas embajadas, infrecuentes visitas de alto nivel y la disminución de los contactos académicos.
En 2004 la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia ingresaron en la Unión Europea, una organización con una larga y rica tradición de relaciones con América Latina. Como parte del proceso de adaptación a las políticas comunitarias y la inserción en los mecanismos de toma de decisiones de la UE, los Estados de Europa Central fueron, por decirlo así, forzados a prestar más atención a los temas latinoamericanos.
Ahora los países centroeuropeos ven América Latina con las lentes comunitarias y usan los instrumentos de cooperación que existen en la Unión para explorar la región. En lo político, la integración en la UE, y especialmente el mecanismo de las cumbres, ha generado una mayor frecuencia de los contactos directos con los países latinoamericanos, lo que en sí mismo es un factor importante, ya que ayuda a los países y a sus líderes a conocerse unos a otros. En lo económico, como consecuencia de la política comercial común, y también de las zonas de libre comercio en algunos casos, ha mejorado el acceso mutuo a los mercados, lo que ha llevado a un incremento del comercio y ha permitido algunas inversiones interesantes.
Después de los casi diez años de la permanencia en la UE, la política de los Estados centroeuropeos hacia América Latina está cada vez más europeizada. Al mismo tiempo, los centroeuropeos no son solamente unos receptores pasivos de la política de la Unión. Lo que han inyectado en las relaciones con América Latina es la sensibilidad a la democratización y los derechos humanos, visible por ejemplo en los debates sobre la política de la Unión hacia Cuba. Polonia y la República Checa, conjuntamente con algunos Estados miembros, como por ejemplo Suecia y Alemania, han mantenido una posición cautelosa, insistiendo en la necesidad de responder positivamente a los cambios en la isla, pero manteniendo de momento la posición común de 1996.
Interés por América Latina
Después de varios años de centrar su política exterior en la UE, la OTAN, EE.UU. y los vecinos inmediatos, los países de Europa Central están cambiando lentamente sus relaciones con otras regiones fuera de Europa y fuera de la zona transatlántica. Estas reevaluaciones se han visto afectadas tanto por la mencionada adhesión a la UE como por razones económicas y de negocios que surgen desde la misma Europa Central.
Desde que la transición democrática empezara en la llamada Europa del Este, los países centroeuropeos han recorrido un largo camino de transformación económica: pasaron de economías planificadas a economías de mercado libre, de una cultura de trabajo socialista (léase poco efectiva) a unos recursos humanos competitivos y bien preparados y de ser países de renta baja a ser de renta alta. Todo este proceso se vio acompañado por el desarrollo de las empresas de las cuales algunas actúan globalmente.
La búsqueda de nuevos mercados y nuevas fuentes de crecimiento es el factor que impulsa a los empresarios a mirar fuera del espacio europeo e incluir en sus itinerarios no solamente Asia, sino también África y América Latina. Y podemos ver ya los primeros resultados muy positivos de este nuevo enfoque. Por ejemplo, la República Checa y Hungría tienen éxitos considerables en sus exportaciones a América Latina, Eslovaquia ha logrado atraer a una serie de inversores latinoamericanas. Polonia, ha destacado por una de las más grandes inversiones en el sector de cobre en Chile, valorada por 3 billones de dólares y realizada por la compañía polaca KGHM.
En la situación actual, es sobre todo en el contexto de los intereses económicos en el que Europa central mira a América Latina (siendo Cuba una excepción). La región comienza a percibirse como un mercado en rápido desarrollo con una presencia cada vez mayor en el mundo. Hay también una conciencia creciente de que no es una región homogénea y las estrategias políticas, comerciales y de inversión deben ser adaptadas a las diversidades económicas, políticas, sociales y culturales de América Latina.
En las relaciones entre los países de Europa Central y América Latina se han recortado muchas distancias y se han visto signos muy positivos de acercamiento, aunque aún queda mucho por hacer. Ambas regiones se encuentran al comienzo de un largo camino del cambio de imágenes mutuas y de la aparición de los intereses comunes.
Lo fundamental es fortalecer las relaciones humanas y desarrollar contactos directos entre personas, empresas, estudiantes, universidades, instituciones y organizaciones de ambas regiones. Sin embargo, para avanzar en el proceso de acercamiento habría que trabajar para cambiar viejas percepciones tercermundistas de América Latina que existen en Europa Central tanto en el discurso político de las élites como en la percepción de la gente de la calle.
La tarea de educar no la pueden hacer solamente los diplomáticos latinoamericanos sino también las universidades, los intelectuales y los medios de comunicación. No se puede olvidar los activos que existen en la región. En su momento a América Latina emigró más de un millón de emigrantes de Europa Central. Existe por lo tanto una importante comunidad de orígenes centroeuropeos que habría que movilizar.
Finalmente, los países de América Latina tienen también una tarea pendiente de hacer. Ellos mismos deber atreverse a ver que los nuevos países miembros de la UE pueden ser igualmente interesantes como los tradicionales socios europeos. El décimo aniversario de la integración de Europa Central en la UE que toca celebrar en 2014 es una buena ocasión para reflexionar sobre ello.
(*) En este trabajo se asume que la Europa Central es una región que abarca los cuatro países miembros del Grupo de Visegrad: Polonia, Eslovaquia, la República Checa y Hungría. En la literatura sobre la Europa Central se pueden encontrar también definiciones más amplias de la región.
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COMENTARIOS:
Recordando el concepto de patriotismo en Polonia
Enviado por D.Fco de Queveo (no verificado) el Mar, 21/01/2014 - 14:56.
¿Por qué ese interés por olvidarse de la propia nación para estar pensando siempre en diluirse con las culturas de otros países? ¿Qué se le ha perdido a una sociedad como la polaca en la selva del Amazonas, en la sabana de Venezuela o en la Pampa argentina? Creo que ese es un interés infantil ensoñador e idealizador de que en otras partes son mejores o más interesantes y que hay que intercambiarse o quizás sea parte de la personalidad femenina inseparable de la curiosidad en relación con lo desconocido. En cualquier caso es una visión destructiva y equivocada de la propia identidad. Si quieren hacer turismo y sacar fotos eso es una cosa, pero los términos que usted describe van más allá de ello para acabar diluyendo la composición íntima de la nación a la que usted, en el extranjero representa.
He aquí a continuación una expresión de patriotismo hacia Polonia como pocas veces habrá leído, incluso de los propios polacos, y según se concluye del texto no estoy seguro si la propia autora lo percibe con la fuerza que debería esperarse. El concepto de patriotismo se expresa por amor y lealtad a los valores, a las costumbres, a la idiosincrasia, a la raza, y a los principios de una sociedad, en este caso la polaca. Polonia ha sido probablemente el país más maravilloso de Europa, junto con los otros eslavos Checo-Slovakia (a quienes considero un solo país), Croacia et al. La belleza de sus mujeres no tiene parangón en ningún país del mundo, su piel blanca como el alabastro, sus ojos dos resplandecientes soles azul marino como el mar del Báltico, los cabellos de oro, sus mejillas purpúreas rosas, sus dientes perlas, sus labios rubíes, y sus partes con el todo, y el todo con sus partes, conforman una maravillosa y concertada armonía, esparciendo naturaleza sobre todo una suavidad de colores tan natural y perfecta, que jamás pudo la envidia hallar cosa en que ponerle tacha. De esta manera, hablar de intercambio y mestizaje es una abominación sin conciencia.
En segundo lugar, una sociedad de valores que dio lugar a uno de los hombres más extraordinarios que ha conocido Europa, el Papa Jan Pavel II, Juan Pablo II, nacido en una sociedad de valores, conservadora, tradicional y moral. Con qué caballerosidad trataban los hombres a sus mujeres y los novios a sus novias, y algo que todavía se puede ver no solo en Polonia, sino en Ucrania, mientras que en el occidente, del que tanto usted habla, los hombres intercambian sus parejas con otros hombres y viceversa (swinging).
En tercer lugar, la "economía socialista poco eficiente" a la que usted se refiere. Ni siquiera los más radicales ultraneoliberales del FMI, algunos de los cuales he tenido el deshonor de conocer personalmente, se oponen a los fundamentos macroeconómicos teóricos de una economía centralizada, ni mis profesores de economía cuando yo estudiaba en Alemania tenían objeción técnica a la teoría de la planificación, y estoy subrayando el término teórico, porque efectivamente, desde el fin de la Segunda Guerra mundial, la economía soviética creció a un ritmo más rápido que cualquier otra forma de organización económica en Occidente, eso sí, bajo la disciplina de Stalin, pero muerto éste en 1953, los soviéticos se encontraron con un Sistema demasiado cómodo, vivienda gratuita, sanidad gratuita, educación gratuita, y 100% de ocupación laboral, y fue precisamente la falta de disciplina la que poco a poco fue mermando el ritmo de crecimiento económico y haciendo de las empresas organizaciones cada vez menos eficientes, pero incluso en 1989, la situación económica de la URSS era infinitamente mejor que la de Grecia o España hoy. Para entonces ya se habían diseñado cambios importantes dirigidos a re-introducir la disciplina mediante la eficiencia y exigencia de resultados, incluyendo también la competencia. Pero el FMI no iba a permitir eso de ninguna manera. Habían esperado demasiados años para destruir la Unión Soviética y no iban a desperdiciar la oportunidad. Lo que sucedió a partir de la introducción de las medidas fue el colapso de todas las estructuras económicas, productivas, institucionales, sociales en cuestión de meses, llevando a la desesperación a 200 millones de ciudadanos. Infinidad de veces he estado en Rusia, porque la tengo a tiro de piedra, (y también en Ucrania) y salvo los cuatro oligarcas de turno, todos los mayores de 40 años lamentan la desaparición del modo de vida que tenían en la URSS.
Si antes los polacos tenían vivienda gratuita, lo que ahora tienen son deudas hipotecarias que no terminarán de pagar en lo que les quede de vida. La globalización de la que usted habla es la preclara expresión de que el diseño capitalista es intrínsecamente un disparate conceptual, y prueba de ello es que cerraron todas las factorías en Europa y USA para deslocalizarlas a China, dejando decenas de millones de parados que nunca encontrarán trabajo. Si usted tiene años suficientes habrá podido ver cómo las condiciones de vida, la calidad en la prestación de los servicios de las empresas capitalistas es cada día más precaria (supermercados que tienen 5 de las 6 cajas sin personal porque no quieren gastar en servicio causando colas de espera de 15 minutos, por darle un ejemplo). No hace falta irse a Varsovia. He vivido en Bialystok, una ciudad humilde al nordeste del país, y un piso de 45 m2 vale 50.000 Euros, algo que con los salarios locales de la ciudad, jamás conseguirán pagar.
¿Para qué cree usted que la CEE quería hacerse con la Europa del Este? ¿Por amor y fraternidad? La única razón es que las empresas occidentales estaban al borde de la bancarrota porque no tenían a quién vender nada, todo el mundo tenía su frigorífico y su lavadora, y nadie quería tres frigoríficos y tres lavadoras, de esta manera, hacerse con las decenas de millones de consumidores del Este era fundamental para evitar el colapso, ¿y qué hay en las calles de Varsovia? Le diré lo que hay, sucursales de bancos extranjeros y franquicias de corporaciones americanas y de la CEE que utilizan el personal esclavo local de Polonia para pagarles unos salarios miserables, tener las tiendas abiertas siete días a la semana y repatriar los beneficios a EE.UU., Suiza u otros paraísos fiscales.
A Polonia, la CEE le donó cientos de miles de millones de Euros a cambio de venderse a la OTAN. Resulta irónico que los ultraneoliberales polacos hablen de que se liberaron del yugo soviético, solamente para substituirlo por el yugo de la UE, donde Polonia ha perdido toda su identidad y está condenada a su extinción como sociedad, para convertirse en un protectorado de la masonería laica de Bruselas.
Cuando sucedió el trágico y desolador accidente de avión y el presidente Lech Kaczynski falleció, algo que lamenté con una enorme pena, toda la comunidad de homosexuales de Gran Bretaña y otros países de la UE, que a usted tanto le gusta, salieron a las calles a celebrarlo y a bailar, pues, el presidente había expresado sus principios de que no deseaba la expansión de la homosexualidad en Polonia, y tenga usted sabido que Bruselas tiene escrito en su agenda como de obligado cumplimiento, la expansión de la misma, la imposición del aborto, etc. etc. etc. Por tanto, no hablemos con tantas alabanzas de la UE, porque una sociedad no es solo dinero sino mucho más que eso, y de ese resto, Polonia lo tenía todo.
De esta manera, antes que estar pensando en hacer de Polonia una Babilonia al estilo de Inglaterra, donde los propios británicos ya son minoría en cuatro ciudades, incluida Londres, habría que ir viendo cómo recuperar la identidad de un país que fue maravilloso en el pasado.
De otro lado, respecto a América Latina, también le tengo un gran cariño, fundamentalmente por el todavía arraigo que existe a la institución de la familia en la región, y por el carácter humano, social y desenfadado de sus gentes, y no menos por los nuevos impulsos independentistas que está sucediendo en Venezuela y Ecuador, y por la libertad, que ahí sí que existe.
Niech ?yje Polska! (Viva Polonia!)
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