(cOsAsDiveRTIdAs:160265) El chovinismo populista de la brasilera Vilma Rousseff




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El chovinismo populista de Vilma Rousseff

http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/26/08/2010/a8q034.html

por Emilio J. Cárdenas
Ex embajador argentino ante la ONU

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Cualquiera que sea sincero debería admitir, con la mano en el corazón, que la aerolínea chilena LAN es, probablemente, la mejor empresa aérea de la región y, más aun, una de las mejores del mundo. Su nivel de calidad y eficiencia en el servicio no tiene parangón en nuestro rincón del mundo.
 
Por esto, al enterarnos de que LAN se acaba de aliar con la brasileña TAM (que tiene el 43% del mercado brasileño), la reacción de muchos ha sido: no vaya a ser que esa alianza genere una desmejora en el nivel de servicio que presta LAN.
 
Habrá en más una empresa holding , en la que participarán los accionistas que controlan ambas empresas. Desde allí, la gestión del conjunto se compartirá "mitad y mitad", con equilibrio. Al final, aparecerá (luego de obtenidas las autorizaciones pertinentes) LATAM Airlines Group, que se transformará en la tercera empresa aérea del mundo, en términos de capitalización bursátil. Lo que debiera tranquilizar un tanto al consumidor.
 
Esa empresa será controlada por la suma de la participación de la familia Amaro (Brasil), del 13,52%, y la de la familia Cueto (Chile), del 24,07%, lo que se traduce en un paquete de control efectivo con el 37,59% de la nueva empresa. Los inversores individuales del mercado que tienen acciones en las dos empresas que cotizan recibirán acciones de la nueva. Así, quienes hoy tienen individualmente, en el mercado, acciones de LAN, recibirían el 46,6% de las de la nueva empresa, y quienes hoy tienen individualmente, en el mercado, acciones de TAM recibirían el 15,81% de las de la nueva empresa.
 
Pero, para la candidata presidencial brasileña del oficialismo, Dilma Rousseff, las cosas no son tan así. Ocurre que se ha revelado como peligrosa chovinista; esto es, como alguien que cae en "una exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero", según el diccionario de nuestra lengua. Quizás por exigencias de la campaña electoral en la que está sumida.
 
En efecto: Rousseff acaba de filosofar: "Espero que, dado el tamaño de Brasil, haya un predominio del capital nacional". Lo dijo tan pronto fuera consultada sobre el acuerdo. Sería bueno, creemos, que eso no fuera así. El tamaño, en sí mismo, no es garantía de nada. Mucho menos de eficiencia. TAM tiene, para algunos, mucho que aprender de LAN en materia de gestión financiera y operativa. De allí sus razones para fusionarse. La calificación crediticia de LAN (BBB) es, por ejemplo, sustancialmente mejor que la de TAM (B+). Lo cierto es que, desde hace ya rato, Brasil no tiene una línea aérea como LAN con bandera de ese país. Y las que alguna vez intentaron serlo ya no están en el mercado, víctimas de sus propios errores.
 
Por esto cabe celebrar el anuncio que especifica que cada una de las empresas aéreas que conforman la nueva alianza seguirá volando bajo su respectiva bandera, preservando las estructuras actuales de sus administraciones. Así, TAM podrá aprender de LAN, sin costos para el usuario.
 
Si la visión chovinista del Brasil que tiene Vilma Rousseff es la que ha expresado espontáneamente al opinar sobre la alianza referida, a la región no le va a ir bien con ella. Si triunfa, como pareciera previsible a estar a las encuestas. Porque significaría que la igualdad de trato no es concebible y que el mero tamaño, como cree Rousseff, debería prevalecer y sobreponerse siempre a todo y a todos. Lo que es inaceptable. Simplemente, porque supone postergar, sin motivo, a los demás. Aun cuando tengan ventajas competitivas reales, las que deberán (cree) sacrificarse ante la "imponencia" de los colores del Brasil. Preocupante, como definición, porque es expresión populista de aquello de "todo para mí".
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