| | Entre las causas de obesidad secundaria se encuentran, entre otros, algunos medicamentos en los que hay que pensar cuando se quiere establecer un programa de reducción de peso. | | Antidepresivos, anticonceptivos, corticoides, etc. son algunos de estos fármacos, que incluye una larga lista... Si bien el principal factor predisponente de la obesidad es la sobrealimentación, es decir, el consumo de más cantidad de calorías a partir de los alimentos de las que el organismo necesita, en un porcentaje inferior al 1%, existen obesidades de causa secundaria, es decir, producidas por otras causas diferentes de la sobrealimentación. Si usted está siguiendo un programa de ejercicio físico regular y manteniendo una dieta estricta para adelgazar, y sigue al pie de la letra todos los consejos de los médicos y nutricionistas pero continua ganando kilos, el saboteador de su régimen puede ser alguno del centenar de fármacos prescritos habitualmente por los médicos que pueden hacer engordar a algunas personas. Los tratamientos a base de medicamentos derivados de las hormonas normalmente producidas por el organismo y ciertos medicamentos se encuentran en este grupo de factores productores de obesidad de causa secundaria. La utilización de medicamentos derivados de las hormonas del organismo suele producir los mismos efectos o similares que los de la hormona de la cual derivas, tanto los beneficiosos como los no deseables. Derivados de las hormonas sexuales, de las hormonas producidas por las glándulas suprarrenales, la insulina del páncreas, son los que vamos a repasar aquí. Entre otros medicamentos cabe mencionar algunos activos sobre el sistema nervioso central, como los antidepresivos, algunos antipsicóticos, etc. y las sulfonilureas que se utilizan en el tratamiento de la diabetes. ¿Cuales alteran la balanza? Si desea controlar su peso corporal y aprovechar sus esfuerzos para adelgazar, debe saber cuáles son las drogas que más repercuten en la balanza y qué hacer para desactivar sus efectos. La respuesta de cada persona a una droga varía de acuerdo a una serie de factores, desde la edad y el tamaño de su cuerpo hasta el funcionamiento del hígado y los riñones. Por ello, las reacciones a los fármacos son muy específicas y no se pueden predecir. Aunque el efecto aumentador de peso de los fármacos aún no ha sido investigado del todo, se sabe que los principales "saboteadores de la dieta" son los antidepresivos y fármacos de uso psiquiátrico ó psicotrópicos, los antihistamínicos, los medicamentos contra la hipertensión ó antihipertensivos, así como los esteroides. Los tratamientos derivados de las hormonas que produce el propio organismo, suelen producir efectos similares a los del producto glandular del cual derivan 1. Medicamentos derivados de las hormonas sexuales: En este grupo hay que destacar los anticonceptivos orales que están compuestos, en general, por la combinación de un derivado de los estrógenos y por otro derivado de la progesterona. Si bien está descrito que estos medicamentos producen un aumento de peso, lo cierto es que se sabe que está relacionado en mayor medida con un aumento de la retención de líquidos, efecto propio de estas hormonas, que con el aumento de los depósitos de grasa. Y también se sabe que este aumento de peso es limitado, es decir, que no continúa, sino que después de ganar unos pocos kilos, no más de dos o tres, se estabiliza y no sigue el aumento de peso. Asimismo, cuando se interrumpe su tratamiento se suele ver la pérdida del peso que se aumentó al inicio del tratamiento. Además, con el uso de los derivados de estas hormonas más modernos y a las dosis más bajas posible, se reduce en gran medida este efecto. Más recientemente se ha introducido el tratamiento hormonal sustitutivo de la mujer en época posmenopáusica para la prevención de la osteoporosis en la mujer, con unos efectos parecidos a los de los anticonceptivos. 2. Corticoides: Entre los medicamentos derivados de las hormonas que producen las glándulas suprarrenales, que se localizan justo encima de los riñones, hay que mencionar los corticoides, que se utilizan frente a numerosas enfermedades: reumatismos, asma bronquial, enfermedades cutáneas, etc. Y entre sus efectos se encuentra el producir obesidad por un mecanismo directo sobre los depósitos de la grasa. Muchos pacientes que precisan de estos medicamentos explican que "se hinchan" cuando los toman, pero también notan que este efecto desaparece cuando los dejan de tomar. 3. Diabetes: Para el tratamiento de la diabetes del adulto se suelen utilizar medicamentos, entre ellos un grupo denominado sulfonilureas, y en ocasiones puede ser necesaria la administración de insulina mediante inyección subcutánea. Ambos medicamentos, a largo plazo, producen un discreto pero claro aumento de peso. Es evidente, que el uso de estos medicamentos es más beneficioso para el individuo en cuanto al tratamiento de la diabetes, que los problemas que pueda producir ese aumento del peso. 4. Antidepresivos: Los antidepresivos son medicamentos para el tratamiento de la depresión y algunos de ellos producen aumento de peso por efecto directo sobre el metabolismo y los depósitos de grasas. Al ser tratamientos largos, se puede ir aumentando de peso, lenta pero progresivamente, a lo cual se añade la inactividad propia de los estados depresivos. Sin embargo, esta tendencia desaparece cuando se interrumpe el tratamiento y con una alimentación adecuada se puede ir reduciendo el peso ganado. ¿Realmente engordan los medicamentos? Menos del 1% de los casos de obesidad tiene una causa diferente de la sobrealimentación. De este pequeño porcentaje, en algunos casos pueden identificarse algunos medicamentos como posibles responsables de un discreto aumento de peso. En algunos casos, este aumento del peso se debe a una retención hídrica y no a grasa, mientras que en otros sí que el medicamento tiene un efecto directo sobre los depósitos de grasa ¿Se puede hacer algo para evitarlo? Una alimentación adecuada con el objetivo de compensar ese aumento de peso es la principal arma para oponerse al efecto no deseable de estas medicaciones Una alimentación variada, sana y equilibrada, en donde predominen las frutas frescas y las verduras y los vegetales crudos o cocidos, las legumbres y el arroz; la leche y sus derivados en forma de yogur natural y queso poco graso; la carne magra, el pescado y los huevos, cocinados en forma sencilla; y evitando al máximo el azúcar y los dulces (incluido el chocolate), el alcohol y los alimentos grasos como los embutidos (excepto el jamón serrano), puede ser la mejor recomendación En general, la interrupción del tratamiento con estos medicamentos es suficiente para invertir la tendencia a aumentar de peso y se pierde lo ganado. Pero la interrupción del tratamiento no debe depender de los kilos engordados, sino de la evolución de la enfermedad tratada con el medicamento y eso debe ser valorado por el especialista correspondiente. Todos estos medicamentos ofrecen unos beneficios superiores a los del perjuicio de aumentar discretamente de peso. |
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