(cOsAsDiveRTIdAs:222689) La pelicula ''Lincoln'' de Spielberg, Karl Marx y la Segunda Revolucion Americana
El "Lincoln" de Spielberg, Karl Marx y
por Kevin Anderson
Profesor de sociología y ciencias políticas en la UCLA y autor de Marx at the Margins: On Nationalism, Ethnicity, and Non-Western Societies (University of Chicago Press, 2010).
La película "Lincoln" de Steven Spielberg transcurre en un solo pero crucial mes de
América revolucionaria
Con un guión escrito por el destacado guionista de izquierdas Tony Kushner ("Angels in America", "Homebody / Kabul"), la película de Spielberg se centra no sólo en el propio Lincoln, sino también en una figura, sin duda, revolucionaria, el abolicionista radical Thaddeus Stevens, con quien Lincoln se alió en aquellos fatídicos días de enero de 1865. Algunas de las escenas más dramáticas retratan los debates cruzados de Stevens con el congresista de Nueva York y racista patológico Fernando Wood, líder del ala anti-abolicionista del Congreso.
En otra escena, Stevens presenta a un escéptico Lincoln el programa republicano radical de una prolongada ocupación militar del sur, durante la que los antiguos esclavos alcanzarían plenos derechos políticos, incluido el de ser elegidos a los más altos cargos públicos, y las plantaciones de los antiguos propietarios de esclavos serían confiscadas y repartidas en propiedad a los antiguos esclavos (los famosos "
Al mismo tiempo, sin embargo, está presente el lado sórdido de la democracia de EE.UU., en medio de estos cambios revolucionarios, mediante la corrupta política de patronazgo utilizada para obtener los últimos votos para aprobar la enmienda y enviarla a los estados para su ratificación final.
En su conjunto, "Lincoln", ofrece una perspectiva anti-esclavista y anti-racista de
Dimensiones económicas y de clase de la abolición
Algunos sectores de la izquierda han criticado la película por no poner de relieve la lucha por la auto-emancipación de los afroamericanos, como por ejemplo en la película de 1989 "Gloria", que narra la historia de los soldados afro-americanos del 54 regimiento de Massachusetts.
Aunque esas críticas son válidas e importantes, me gustaría centrarme en otros dos temas que no aborda la película, la importancia económica de la esclavitud y su abolición, y el intercambio de correspondencia entre Karl Marx y Abraham Lincoln, que se produjo durante el mismo mes de enero de 1865, en el que se desarrolla
La Proclamación de Emancipación de 1863 y la decimotercera enmienda de 1865 que hizo permanente la medida de guerra de 1863 eran diferentes de las leyes de emancipación promulgadas en otros estados. Por ejemplo, la política de emancipación de EE.UU. prohibía cualquier compensación económica a los anteriores propietarios de esclavos. Se diferenciaba así incluso de
Por otra parte, la esclavitud era más importante para la economía de los EE.UU. que para Gran Bretaña o Francia. Los casi cuatro millones de esclavos en los EE.UU. en 1860 constituían alrededor del 13% de la población, y sufría una forma totalmente deshumanizada de capitalismo que permitía comprar y vender a los seres humanos como esclavos. A un precio promedio de 500 dólares cada uno, la “propiedad” humana de los esclavistas en EE.UU. tenía un valor aproximado de 2 mil millones de dólares, una suma astronómica en la década de 1860. Por lo tanto, la abolición de la esclavitud sin indemnización en los EE.UU. constituyó la mayor expropiación de propiedad privada capitalista hasta la revolución rusa de 1917. Se acabó de un plumazo con toda una clase social, los dueños de las plantaciones del Sur, que desde hacía siglos se habían erigido sobre una inmensa acumulación de riqueza derivada de la producción de azúcar, tabaco, algodón y otras materias primas, así como de la compra y venta de una mercancía más, los propios esclavos.
La abolición también incorporó a millones de trabajadores libres formalmente a la clase obrera de los EE.UU., aumentando la posibilidad de una unidad de clase más allá de divisiones raciales y étnicas, mucho más fácil que cuando el trabajo esclavo coexistía con el trabajo formalmente libre. Aunque sólo una pequeña parte de esa unidad interracial se lograría en la postguerra, y sólo brevemente, su necesidad sigue estando más que nunca en la agenda, en la medida en que hoy la clase obrera de los EE.UU. está integrada cada vez más por personas de color, sobre todo afroamericanos y latinos.
Aunque la película pasa por alto estas realidades económicas y de clase a favor de la dimensión política, no se le escaparon a Karl Marx. En una carta del 29 de noviembre de 1864, apenas unas semanas después de la fundación de
La carta abierta de Marx a Lincoln
Como se mencionó anteriormente, el mes de enero de 1865, cuando Lincoln giró a la izquierda, aliándose con Stevens, fue también el mes en el que Marx y Lincoln tuvieron su intercambio público de cartas. Después de la publicación del "Discurso Inaugural" de
En ese momento, la embajada de EE.UU. en Londres estaba encabezada por Charles Francis Adams, un abolicionista de Massachusetts, miembro de una de las más ilustres familias políticas de Estados Unidos. Adams conocía sin duda a algunos de los implicados en la Internacional, porque había enviado a su hijo Henry a observar e informar sobre las reuniones que los trabajadores británicos habían organizado desde 1862 para socavar los llamamientos de los políticos británicos y los principales medios de comunicación a intervenir a favor del Sur. En esas reuniones intervinieron muchos de los futuros líderes de
En diciembre de 1864, la Internacional propuso que una delegación obrera de 40 miembros entregase la carta y fuese recibida por
"Felicitamos al pueblo americano por su reelección por una amplia mayoría. Si la resistencia al Poder esclavista fue la principal consigna de su primera elección, el triunfante grito de guerra de su reelección es: ¡muerte a la esclavitud!". (Esta carta, la respuesta de Lincoln, y otros textos relacionados se recogen en Robin Blackburn, Una revolución inconclusa: Karl Marx y Abraham Lincoln, Londres: Verso, 2011)
Y continuaba: "Desde el comienzo de la titánica lucha americana, los obreros de Europa han sentido instintivamente que la bandera de las barras y estrellas porta el destino de su clase".
Esta frase se refería no sólo a los profundos sentimientos antiesclavistas de las clases trabajadoras británicas de la época, y a las reuniones de masas que habían organizado en apoyo del Norte, incluso cuando los principales políticos y periódicos defendían que si apoyaban una intervención británica para romper el bloqueo de Lincoln de los puertos del Sur, el algodón fluiría de nuevo a través de los mares, y pondría fin al desempleo masivo causado por el bloqueo. La frase sobre el vínculo entre el destino de los EE.UU. y el de las clases trabajadoras de Europa se basaba también en un hecho indiscutible. La clase obrera de Gran Bretaña (y más aún en el Continente) carecía de derecho al voto, entonces censitariamente limitado a los propietarios y veía en los EE.UU. el único experimento importante de democracia política de
Como Marx observó durante estas movilizaciones de los trabajadores británicos al principios de la guerra: "El verdadero pueblo de Inglaterra, de Francia, de Alemania, de Europa, considera la causa de los Estados Unidos como su propia causa, la causa de la libertad, y que, a pesar de todos los sofisma pagados, consideran la tierra de los Estados Unidos como tierra libre a disposición de los millones de campesinos sin tierra de Europa, su tierra prometida, que hay que defender ahora espada en mano de las sórdidas garras esclavistas .... Los pueblos de Europa saben que la esclavocracia del Sur comenzó la guerra con la declaración de que la continuación de la esclavocracia ya no era compatible con la continuidad de
La carta de Marx a Lincoln en nombre de la Internacional también afirmaba: "Mientras los trabajadores, el verdadero poder político del Norte, permitieron que la esclavitud profanase su propia república, mientras ante el negro, dominado y vendido sin su consentimiento, presumieron de que la mayor prerrogativa del trabajador de piel blanca era venderse y elegir su propio dueño, no fueron capaces de alcanzar la verdadera libertad del trabajo, ni de apoyar a sus hermanos europeos en su lucha por la emancipación, pero esta barrera al progreso ha sido barrida por el mar rojo de la guerra civil".
La respuesta pública de Lincoln a Marx
El 28 de enero de 1865, para sorpresa y deleite de Marx y de otros miembros de la Internacional, la Embajada de los EE.UU. emitió una respuesta pública del Embajador Adams a
Aunque la respuesta a la Internacional fue firmado por el embajador Adams, dejo muy claro que Lincoln había leído su carta y que Adams estaba hablando en su nombre y no sólo en el suyo: "Me han instruido informarle que el Discurso inaugural del Consejo Central de la Asociación, fue debidamente transmitida a través de esta Legación al Presidente de los Estados Unidos, y este la ha recibido".
Teniendo en cuenta los acontecimientos de enero 1865 narrados en la película, cuando Lincoln estaba en medio de la recogida de votos para
La respuesta de Lincoln también se refiere a nivel general a "los amigos de la humanidad y el progreso en todo el mundo" con quienes los EE.UU. contaban, una alusión a la forma en que las asambleas de los trabajadores británicos, que carecían de derecho al voto debido a los requisitos de propiedad, habían sido tan cruciales a la hora de impedir las maniobras británicas para intervenir a favor del Sur durante los primeros años de
Las revoluciones inconclusas: 1860 y 1960
Este intercambio entre Marx y Lincoln ilustra dramática el hecho de que
En un inquietante paralelismo, la revolución por los derechos civiles de las décadas de 1950 y 1960, que finalmente consiguieron sobre una base más permanente lo que se había establecido muy brevemente mediante las leyes y las enmiendas constitucionales de las décadas de 1860 y 1870, también se vio obligada por las circunstancias a parar antes de la emancipación política. Ello nos deja hoy con el resultado paradójico de que los EE.UU. tiene su primer presidente afro-americano, cuando al mismo tiempo más hombres y mujeres afroamericanos que nunca en su historia se consumen casi olvidados en el mundo deshumanizado de las prisiones y cárceles de Estados Unidos.
Y la película "Lincoln", que no trata de estos temas tampoco, está en muchos aspectos también sin terminar. Incluso en sus propios términos, viendo la historia desde un ángulo que destaca los acontecimientos protagonizados por la élite política en vez de por las masas que les presionaban, no lleva hasta el final sus propias implicaciones más radicales, como por ejemplo en su retrato del programa republicano radical de Stevens. Pero es un signo de los tiempos, de las transformaciones profundas de la sociedad y la cultura de Estados Unidos, que una película comercial de Hollywood revele incluso una parte de esta página de la historia revolucionaria, que, como señaló Marx, tuvo efectos "en todo el mundo".
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