(cOsAsDiveRTIdAs:222836) La verdadera muerte del peronismo (politica)
La verdadera muerte del peronismo
Juan Domingo Perón, creador del 'tren fantasma', aunque no haya sido su voluntad.
por RAÚL ACOSTA
Estamos en la segunda década del siglo XXI. Analizar el país es plantarse en el 1946. El peronismo es el eje de su política desde mitad del siglo XX. No ha superado ése momento histórico. Rituales y memorias atrasan. Albaceas también. De
Adherir al peronismo como partido político confunde. No es un partido. El peronismo es un movimiento con un solo líder: Perón. Cómo pensar en el debate si el verticalismo es su esencia. La contradicción retrasa. El peronismo nos contiene a todos en la rutina del fracaso. Resolver la contradicción es el verdadero escape. Debería aparecer un resumen que condense y supere.
En el 1983 Revolución y Cambio y “La Coordinadora”, radicalismo joven, descolocó al peronismo. Fracasó Cafiero y el debate interno. La llegada de Menem trajo resolución. Los que estaban allá se vinieron acá. La plasticidad convirtió a la Argentina, por el peronismo, en la muestra mas clara de sociedades líquidas.
Radicalismo, Frente Grande, Alianza. Nada. Peores. Las ofertas sumaron su corruptela, su ineptitud. Igual matriz. Inflación, injusticia, hambre, desigualdad social. Sus dirigentes están en oferta en el menú de 2013. El fin de siglo trajo la catástrofe en las manos de un hombre con un ACV natural, Fernando De la Rúa.
Después del fracaso aliancista regresaron todos los peronismos. Todos. Populista, estatista, expropiador, revanchista, independentista, liberal, nacionalista, revanchista otra vez, paternalista, justicialista, caudillista, coimero, chantajista, gremialista, laborista, socialista tercermundista, muchachista , oportunista. Debían articular el siglo XXI con un facto inexplicable. Eran todos peronistas.
El peronismo es una diáspora en estado de latencia. El sueño grande desapareció. En la segunda década del siglo XXI la dirigencia no tiene explicación para un niño muerto de hambre, un anciano desvalido, la falta de agua, pan, educación, salud. No
Podemos identificar cuatro fracciones. Hay un kirchnerismo tardío, un cristinismo ululante, un peronismo residual y una masa crítica urbana. Esos cuatro sectores suman el 85 % de los votos. El 15% restante hoy -y solamente hoy- es el FAP y la izquierda de claustro pujando por ser algo sólido.
El kirchnerismo tardío llegó después de Kirchner,un peronista clásico. Reivindicó
El kirchnerismo (tardío) se nutrió de dirigentes criados en
La muerte de Kirchner trae una variante. Su viuda toma el poder sin coseguro. Sin plan B. La señora sabe que no es Kirchner. Sus seguidores, ululantes, no tienen otra fe que Cristina. Sin formación política y capacidad de gestión. Segunda selección. La señora manotea donde puede. El cristinismo ululante despedaza el aparato del Estado. El conflicto con el kirchnerismo tardío es visible.
El peronismo residual recorre toda la gama de nostalgias. En algunos casos aún ejerce cargos. Gobernaciones. Intendencias. Política del te acordás hermano. No es posible imaginarlo como parte del kirchnerismo tardío ni del cristinismo ululante. Por “principios” están en un rincón. Siglo XX. Biológicamente van a
Hay una masa crítica en involución. Votos urbanos (y suburbanos, hundidos en el peor suburbio). El hombre nuevo. La doctrina del mal menor. El voto a ganador y el voto descreído, que insulta pero vota. Perros ladrando a
Frente a las cuatro tribus el FAP se propone como alternativa. Es el 15%. Supone llegar al 25% y establecer condiciones de diálogo. Aún está en camino. Las nostalgias del radicalismo son cuestiones del siglo XX. Las izquierdas animosas siguen inanimadas. Los activistas sociales están divididos. Desde 1970 se anuncia un polo de derecha, con el peronismo y uno de izquierda, con todos los socialismos. Aún no llegó.
El peronismo como tal ha muerto. Sus fracciones confrontan con un proyecto aún sin cuajar. Vivimos la segunda década del siglo XXI. El tren fantasma ya no lleva a ninguna parte. Deberíamos saberlo.
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