(cOsAsDiveRTIdAs:234455) * Dismorfofobia: Miedo a las deformidades.

* Dismorfofobia: Miedo a las deformidades.

Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a las deformidades.
También se la denomina trastorno dismórfico corporal o síndrome de distorsión de la imagen. Consiste en un trastorno de la percepción y valoración del propio cuerpo. Hay una preocupación exagerada por cierto defecto inexistente en la propia apariencia física, o bien en una desproporcionada valoración de alguna anomalía física de poca importancia que puede presentar un individuo normal.
La dismorfofobia es un cuadro clínico relativamente frecuente. Los fóbicos están obsesivamente convencidos de tener una parte de su cuerpo deforme, sufren angustia por su supuesta "fealdad" y otorgan una importancia desmesurada a las imperfecciones naturales en cualquier ser humano. Esta condición afecta a personas atractivas así como a las que no lo son, y las quejas pueden volcarse sobre cualquier parte del cuerpo, si bien hay estudios que demuestran que en el 45% de los casos se centran en la forma de la nariz.
Esta fobia se observa principalmente en la adolescencia (en ambos sexos) y está relacionada con las transformaciones propias de la pubertad. Comienza hacia los doce años y finaliza hacia los dieciocho o veinte, siempre y cuando no se trate de casos patológicos.

En cuanto a los adultos, este tipo de trastorno deteriora significativamente la vida cotidiana de quienes lo sufren. Por ejemplo, afecta su funcionamiento laboral, su estudio, las relaciones sociales y otras áreas de su vida. Hay casos donde se evita aparecer en público e incluso asistir al trabajo, se llega a comportamientos tales como salir de casa únicamente de noche para evitar ser vistos, o no salir en absoluto, llegando al aislamiento social. No son poco frecuentes los intentos de suicidio en los casos más extremos. A la dismorfofobia se asocian algunos de los siguientes rasgos de personalidad: inseguridad, sensibilidad exacerbada, rasgos obsesivos, ansiedad, narcisismo o hipocondría.

Para ayudar a los adolescentes que padecen de este trastorno existen diversas soluciones: en los casos más leves, el apoyo y el cariño de familiares y amigos ayuda a que progresivamente el fóbico recupere la confianza en sí mismo, crezca la autoestima y el trastorno desaparezca progresivamente. En trastornos más agudos, suele hacer falta consultar con un profesional. Y finalmente, en aquellos casos extremos en los que existe una verdadera anomalía en el propio cuerpo, mediante la cirugía estética se pueden obtener rasgos más armónicos a la vez que ayuda a que la persona recobre la autoestima. Pero hay que recordar que muchas veces la cirugía es innecesaria ya que la deformidad es imaginaria: lo que hay que recuperar es la imagen que el fóbico tiene de sí mismo, que no necesariamente coincide con su imagen exterior sino que está exagerada y afeada por demás.

 
        
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 

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